Surinam, el país cuyo PBI depende 60% del oro y va al Mundial
Surinam es un país que, a primera vista, no suele llamar la atención. Sin embargo, su economía tiene algo interesante: aproximadamente el 60% de su PIB proviene del oro. Este detalle podría parecer un simple dato, pero resulta fundamental para entender su dinámica.
A pesar de que históricamente ha permanecido en un segundo plano, recientemente ha capturado el interés internacional, y todo gracias a su Selección de fútbol. Actualmente, los Natio están a un paso de conseguir un billete para el Mundial 2026, algo impensado hace solo una década. Este avance se debe, en gran parte, a su conexión histórica con Países Bajos.
La mina de oro que cambió su economía
La historia reciente de Surinam no se puede contar sin mencionar la mina Rosebel, que se ubica a unos 100 kilómetros de Paramaribo. Desde 2004, esta mina ha sido operada por IAMGOLD y, en 2023, se vendió a la gigante china Zijin Mining. Rosebel se ha convertido en el engranaje clave que elevó el perfil minero del país. En años recientes, ha llegado a aportar más de 2 mil millones de dólares en exportaciones, una cifra significativa para una economía cuyo PIB ronda los 4 mil millones.
A esta mina se le suma Merian, controlada por Newmont desde 2016, que ha expandido el panorama minero hacia el este. La extracción aquí implica el uso de grandes volúmenes de agua y productos químicos. Esto ha generado empleo y divisas, pero también desafíos para las comunidades indígenas locales. En Surinam, conviven tensiones sobre este tema desde hace años, especialmente porque el “garimpo” —la minería artesanal e informal— se ha vuelto una parte relevante de la producción.
El gobierno de Surinam se enfrenta al reto de equilibrar estas realidades. Busca atraer inversión extranjera, al mismo tiempo que promueve leyes que aumenten la participación estatal. La volatilidad del precio del oro exige que se adopte una estrategia cautelosa.
Mundial 2026: Surinam enfrenta a Bolivia en el repechaje
El sorteo del 20 de noviembre dejó a Surinam con un gran desafío: se enfrentará a Bolivia en una semifinal de repechaje intercontinental. El vencedor tendrá la chance de jugar contra Irak por un lugar en el Mundial. Para los Natio, es la oportunidad más cercana de llegar a una Copa del Mundo por primera vez.
Bolivia llega con un historial irregular, pero cuenta con experiencia en partidos cruciales. Surinam, en cambio, se destaca por la velocidad y tiene un plantel repleto de jugadores que se formaron en Europa, como Sheraldo Becker y Etienne Vaessen.
Si logran clasificar, sería un hito para el país, sobre todo considerando que su liga nacional es semiprofesional. Este proyecto se sustenta en gran medida en futbolistas de origen surinamés que eligen representar al país de sus padres o abuelos.
Por qué Surinam no juega en la Conmebol
Aunque geográficamente se encuentra en Sudamérica, Surinam compite en CONCACAF desde mediados del siglo XX. Su vínculo histórico con el Caribe, acentuado por la colonización holandesa y las migraciones hacia y desde las Antillas, facilitó esta integración. Cambiar ahora hacia unirse a la Conmebol presentaría desafíos. Jugar contra Brasil, Argentina o Uruguay requeriría recursos que su federación no tiene.
Además, competir en CONCACAF permite viajes cortos y participar en torneos como la Liga de Naciones, donde han obtenido buenos resultados en años recientes. Estar asociado a esta confederación también influye en su identidad futbolística, que tiene un perfil más caribeño que sudamericano.
Cambiar la afiliación a nivel reglamentario es complicado y necesitaría la aprobación de FIFA y un consenso político dentro de ambas confederaciones.